28 agosto 2012

Microrrelato - Claudio Bellouh Ardoy

Me gusta lo difícil

Se conocieron junto al Riachuelo, en una tarde húmeda, pegajosa. La Boca y Barracas siempre habían sido sus territorios. Guapos y pendencieros los dos, se miraron con desconfianza, pero de inmediato supieron congeniar. Ese andar errabundo, buceando los estratos más bajos, dejando en cada esquina dolores y pasiones nacidas del pueblo, los hermanó.


Uno aportó melodías, compás, notas desgranadas con amor y rabia, el otro dijo: "me gusta lo difícil" y lo llevó a caminar entre paicas, fiolos, chabones, chiruzas y percantas; palabras con aire orillero que no se entienden en otras latitudes, a veces ni siquiera en el lugar, pero que el hombre expresa y muerde con hondo sentimiento. Por eso se hicieron inseparables. Juntos consiguieron plasmar una idiosincrasia enancada en un idioma propio, lo que les dio pasaporte para viajar por el mundo entero.

Uno se llama tango, el otro, lunfardo.

Claudio Bellouh Ardoy

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